viernes, 9 de abril de 2010

Historia de la Parrquia

IGLESIA PARROQUIAL DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

Su construcción pertenece a dos órdenes arquitectónicos: el primitivo ojival, ya muy reformado, y otro barroco que invadió toda la Iglesia. Se ignora la fecha de su construcción, pero, si admitimos la teoría de Fray Pedro Mariscal de San Antonio, hay que suponer que fue edificada a finales del siglo XV o primeros del XVI. Lo cierto es que en 1.559 Hernán Ruiz (que fue Maestro Mayor de la Catedral de Sevilla) firmó un contrato para sacar "los cuatro pilares viejos y la piedra de los movimientos de los arcos, con guijas, cal y arena". Las actuales cuatro columnas del templo no son las que se comprometió a hacer Hernán Ruiz, pues en el s. XVII se hizo una gran obra. La existencia de los pilares con anterioridad a la firma del contrato por Hernán Ruiz y las disposiciones testamentarias de algunas personas para ser enterradas en la Iglesia de Santo Domingo, con fecha anterior a dicho compromiso, es lo que nos hace datar este edificio entre los ss. XV y XVI.

Posee planta rectangular con crucero y tres naves. La fachada es muy simple, dividida en dos por un frontón. Su cuerpo inferior carece de ornamentación; sólo el vano de la puerta rompe esta sencilla monotonía. El cuerpo superior, triangular, neoclásico, adornado con cuatro columnas adosadas, sobre las que se apoya un frontón pequeño triangular, en cuyo tímpano existe un azulejo del titular de la misma, Santo Domingo de Guzmán. Adosada a la fachada, se encuentra la torre del campanario, de 31 metros de altura, construida en 1.792.

La pieza más valiosa de esta iglesia, arqueológicamente hablando, es la piedra o ara que se haya en su fachada, empotrada a la derecha de la puerta principal:

HIC. RELIQVIAE. SACORV.
MATRIUM. ID. SC. TOME.
SC. DIONISI. SACORVM. COSME.
ET. DAMIANI. SC. AFRE.
SC. SEBASTIANI. SC. SABAE.

Según Rodrigo Caro "le falta algo del principio, y todo lo que se puede leer allí dice cómo allí estaban las reliquias de los santos mártires Sto. Tomé, San Dionisio, San Cosme y San Damián, Sta. Afra, San Sebastián, San Sabas".
En el interior podemos destacar el retablo del Altar Mayor, de estilo Barroco, compuesto de tres calles con hornacinas, separadas con columnas salomónicas. Las hornacinas de las calles laterales se hallan ocupadas por esculturas que representan a los cuatro evangelistas y a los obispos San Isidoro y San Leandro de Sevilla. En la calle central, una de las hornacinas la ocupa una escultura barroca que representa la Inmaculada; sobre ella una imagen de Sto. Domingo y en la parte inferior una talla de madera del s. XVII que representa el niño Jesús y está atribuido a La Roldana.

La Capilla del Sagrario, donde se venera una preciosa imagen de Ntra. Sra. del Rosario con el Niño Dios dormido en brazos, tiene una media naranja con mucho arte ejecutada, de calados y florones de yeso. En cuanto a la imagen, no se conoce el nombre del escultor que la hizo, pero debió ser un buen maestro, pues del lo contrario no habría conseguido la gran belleza y palidez que tiene esta imagen. No sucede lo mismo con el patrón, San Laureano, que está bien documentado su patronazgo: fue elegido patrón por elección popular, si bien no fue solemnemente confirmado hasta el 19 de Septiembre de 1.888 por León XIII.

A la izquierda del Altar Mayor, frente a la capilla del Sagrario, se encuentra el Altar de San José, bellísima imagen que también posee un niño dormido en los brazos. Flanqueando esta hornacina, hay tallas de pequeño tamaño como Sta. Ana con la Virgen y San Joaquín.

Es digna de mención la Capilla de Animas, donde aparte del retablo del mismo nombre encontramos un cuadro, la obra pictórica más importante de todas las que aquí se hayan, que representa la Virgen de Belén, atribuida a la escuela de Murillo. En la misma capilla se encuentran las imágenes del Stmo. Cristo de la Veracruz (escultura anónima del primer tercio del s. XVI) y Ntra. Sra. de los Remedios (primitivamente una Virgen de Campaña, totalmente transformada en el s. XVIII), así como un curioso cuadro de la Virgen con una granad en una mano y el Niño Jesús en la otra, sosteniendo un libro abierto donde se lee la frase: "Volvió el rostro Cristo por no ver un sacrilegio". Este último cuadro y las dos imágenes proceden de la desaparecida ermita de la Veracruz.

En la nave izquierda encontramos la capilla de Jesús Nazareno, imagen anónima del s. XVII de espectacular belleza y dramatismo. Otras imágenes de mérito que se encuentran en la misma capilla son el Cristo de la Humildad y Paciencia (s. XVI), el mencionado San Laureano y Sta. Bárbara.

La iglesia cuenta con varios ejemplares de pintura que nos recuerda a la Escuela Sevillana de los siglos XVII y XVIII, como el que representa a la Virgen de la Antigua y otro de forma circular, que representa a la Virgen con el Niño.

Posee también un coro, de estilo barroco, cerrado con unas sencillas rejas, en el que se encuentra el órgano de la Parroquia, construido por el Maestro José Antonio Morón en 1.782.